lunes, 30 de mayo de 2011

Te voy a denunciar, por allanamiento de mente.

Te has calado hasta en mis huesos.

2592000 segundos son los que forman un mes de treinta días.
Y en todos esos segundos que forman treinta días, no ha pasado ni uno en el que no te vayas de mi cabeza. Te has instalado cómodamente entre mi propio caos para revolver aún más. Voy a denunciarte, por allanamiento de mente.
Y, cuando pasan esos 2592000 segundos, no te vas, ¡qué va! El tiempo se renueva como si de un bono se tratase y no te mueves ni un milímetro. ¿No te da vergüenza, bribón? 

miércoles, 25 de mayo de 2011

El doctor Tiempo todo lo cura.

Hoy, tengo que volver a la consulta del doctor Tiempo. Hace mucho tiempo que no me atiende, pero estoy segura que se acordará de mí y mi corazón. Siempre recuerda a sus pacientes, de cómo les devuelve la sonrisa y sana sus magulladuras.














Sus títulos y licencias abarcan muchos campos, desde Infidelidades a Enamoramientos Prematuros, pasando por Capullos Integrales y Amor no Correspondido. Siempre, siempre, siempre consigue hacerte olvidar tu sufrimiento: sólo es cuestión de paciencia. Nadie conoce su método, pero el doctor Tiempo es infalible con sus comprensivas sesiones y píldoras para olvidar. El doctor Tiempo todo lo cura. Suerte que yo y mi órgano principal lo tenemos a él. ¿Qué sería de nosotros si el doctor Tiempo no nos ayudara?

lunes, 23 de mayo de 2011

Se abre el telón...

Las palabras, esdrújulas, agudas y llanas, se amontonan tras la tela roja que oculta la parte trasera del escenario. Se muerden las uñas, puntos y acentos. Los nervios a flor de piel se suspenden en el aire. Están dispuestas a dar lo mejor de sí, narrar los más inocentes relatos en su campo, el escenario. Todas juntas contarían historias jamás escuchadas, dando inicio a la gran obra. Se lucirían como nunca antes con sus actos y guiones. Los espectadores están preparados para aplaudir. Se abre el telón...


A veces, me siento obligada a sacar del papel -o documento de Word- las palabras que combino para hacer una mezcla especial. Ganas de enseñar al mundo tu pequeña obra... Y no hay nadie ahí para hacer de público. ¿Para qué un blog, pues? Pues justamente para eso... La función debe continuar y lucirse. ¿Quieres ser espectador de pequeñas historias con ansia de darse a conocer? Pues aquí tienes una butaca libre. El escenario está en marcha.