domingo, 6 de noviembre de 2011

Desde Julio. DESDE JULIO.
Soy horrible. He dejado los dos blogs tirados tiradísimos. ODIADME, ODIADME.
Todo esto se debe a que mi vida es muy estresante... los amigos, el instituto, una casa nueva en la playa a la que tengo que acudir cada fin de semana, Accio Magic, y el proyecto 365 que empecé en mi Flickr hace poquito. No por esto he dejado de escribir, pero sí de publicar.

Bueeeeeeno, buenooo, el caso es que aunque no creo que alguien se pase por aquí, voy a dejar un relato del que espero el fallo de los jueces en mi pueblo. No me merezco ni que nadie lo mire (?)

***


Las volutas de humo del cigarro se mezclaban con los pequeños copos de nieve que habían comenzado a caer. Axel apretó los gemelos al motor de la Harley, que aún calentaba, pensando en que pronto sería imposible estar en la calle helada, ya que el frío se había instalado durante esos primeros días de diciembre. Si Pippa no viene en cinco minutos, me largo. Aunque eso era pedirle mucho. Ella siempre llegaba tarde.
Por suerte para él, una figura se empezó a dibujar en el blanco de la calle. Oslo era así en invierno: la nieve llegaba junto a las mínimas temperaturas, se aliaba con los abrigos y no se iba hasta que pasaban unos meses, en los que llenaba todo de claridad y frío. Cuando la figura estuvo lo suficientemente cerca como para no tener que entreabrir los ojos, distinguió a Pippa y su alborotada mata de pelo rojo.

-Hola -Murmuró ella, mirando al suelo. Se apretó en su chaqueta de cuero -.Hacía tiempo que no nos veíamos.

Tiempo, lo que se dice tiempo, no había sido mucho. Una semana, más o menos. Seis días. Pensó. Desde el entierro.

Philippa, la que se hacía llamar Pippa, era así. Pelirroja de bote, fumadora compulsiva, fanática de la buena música, como ella la llamaba. Era medio alcohólica, tenía veintitrés años, su mejor amiga. No tenía ni idea de por qué era así, cuando le daban venazos ariscos o bipolares, pero Pippa se hacía querer.

-Hola -Repitió Axel, mientras veía como su amiga alzaba los ojos azules que tenía. Pintados con sombra negra, lo inspeccionaron mientras él le daba una nueva calada al cigarro.

-Estás muy descuidado, Ax.

Seguidamente, rió con amargura. Porque, de verdad, era gracioso que ella dijera eso, cuando los mechones rojos se mezclaban con un pañuelo mal puesto. Cuando un cordón se escapaba de sus botas militares y tenía esa expresión de resaca en la cara.
-No te lo tomes a mal -continuó. Con aparente calma. Aparente, es la palabra clave. Porque Pippa no estaba bien, y Axel sabía con seguridad que tardaría poco en abordar el tema por el que se habían encontrado. Era mentira ese mensaje que había enviado de 'eh, Ax, hace mucho que no nos vemos; a las cinco donde siempre' -. La muerte de Ebba nos ha cogido a todos así.

Ahí estaba el tema. El maldito tema. Axel mascó el nombre de Ebba mientras desviaba la mirada y Pippa lo observaba. Notó que nevaba con más fuerza. El silencio se hizo protagonista en la calle desierta, quebrado por sus leves respiraciones, pintado con una tenue columna de humo. Por el rabillo del ojo, vio como la pelirroja se llevaba las manos a la cabeza, revolviendo su pelo. Resopló con brusquedad mientras un montón de ceniza olvidado por todos caía al suelo blanco.

-No puedo creer que la hayas olvidado.

Zas. Pippa era una víbora. Le disparaba sus frases con tan poca delicadeza como certeras. Entre las cejas. El comentario, que se le había espetado en la frente, disolvió una pizca de furia en sus venas. La especialidad de su amiga era esa, diluir argumentos que enervaban el cuerpo.

-Cierra la boca. No me he olvidado de Ebba.

-¿No? -Pippa compuso una carcajada aguda y sarcástica-. Que va. Para nada. Por eso siquiera has ido a verla.

Ella no lo entendía. Claro que no. Idiota y otras palabras demasiado malas se cruzaron por su cabeza. Como se hacía odiar, la maldita. Axel no había dejado la memoria de Ebba atrás, perdida y confusa en la nieve de Oslo. Sólo quería sanear las heridas abiertas, que estaban llenas de sangre reseca.

-No, aún no te has olvidado -Pippa seguía hablando sola, confirmando sus pensamientos. Juzgándolo, recriminándole con esos ojos azules que se le clavaban en lo más profundo. Se le había quebrado la voz, estaba a punto de romper a llorar -.Pero estás deseando hacerlo de una vez.

De nuevo, la joven había disparado. Y había traído cosas peores que saña a Axel. Sus palabras envenenadas, más bien dolidas por la falta de Ebba sólo cogían del brazo recuerdos de la misma. Aunque daba igual. La pequeña conversación de reproches que se había abierto era una tontería demasiado grande, porque Ebba era imposible de olvidar.

Ebba. La que traía calor hasta en los peores meses de Noruega. La rubia de ojos carbones, oscuros como la noche. La que adoraba a los Beatles y siempre andaba chillando sus canciones. En su grupo de veinteañeros que pasaban de la vida y gastaban sus años entre humo, ella era la diferente. Pippa se había preguntado muchas veces que hacía una chica como ella con ellos, la chusma de la sociedad, como la pelirroja se denominaba. Y es que Ebba bebía, fumaba, y en general tenía el mismo pensamiento que ellos, pero era afable. Dulce. Positiva, la que miraba hacia el futuro y les empujaba cuando se estancaban. La que nunca se portaba mal con nadie, la que controlaba sus nervios y no acababa como sus amigos, adornando su boca con un chorro de sangre y unos cuantos moratones. Si le dolían las penas, se las curaba con ginebra. Sabía encantar a todos. Era lista, era guapa, la única que le había dicho todo lo que debía decirle a Axel sin quitarse la ropa, hacerle sonreír con el sujetador abrochado. Su padre había abusado de ella durante su infancia, y ahora se encontraba así.
Muerta.

Ebba estaría viva si hubiera crecido en una casa normal, y en esos momentos corretearía por la universidad y estudiaría con los copos cayendo al otro lado del cristal. Si simplemente, ese chico del bar no le hubiera echado esas pastillas en el whisky, su corazón seguiría latiendo. Pero no era así, porque todas esas cosas habían ocurrido al revés. Nunca iría a la universidad, con una familia esperándola para cenar, ni llegaría a su apartamento con Axel después de otra monótona noche en el bar. Desde luego, Ebba no se merecía eso. Ella era la que menos se había ganado acabar con la piel blanca como el papel, más guapa que nunca en un viejo tanatorio. La que había aguantado con una sonrisa mientras el mundo le daba palos.

Al tiempo que Pippa y Axel se habían sumido en los recuerdos, la nieve seguía cayendo, ella lloraba con quejidos y unas lágrimas silenciosas helaban las mejillas del muchacho.

-Perdóname -Sollozó Philippa. Un escalofrío recorrió su columna. Si por el frío o por la pena, no lo sabían; no importaba-. La querías mucho. Lo siento. Soy idiota.

Axel suspiró. Apenas sentía los dedos, enfundados en el abrigo, pero en un gesto lento los sacó para abrazar a su amiga, que quebraba la nevada. Eso era lo más parecido a 'no pasa nada'.

Nunca se olvidarían de Ebba. Ni ellos, ni nadie. Axel aún recordaba cuando citaba a Benedetti para darle un buenos días personal, sólo para él. Te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía. Y como después cargaba el café con tres cucharadas de azúcar y se excusaba diciendo que la vida ya era bastante amarga. Ebba se había ido entre las corrientes de aire, se había escapado con toda la alegría que les quedaba en el cuerpo y letras de los Beatles inacabadas.

-La nieve no va a borrar su rastro, Pippa –Musitó Axel, con una débil sonrisa.

Se separó de la chica y la miró. Aún llorando sin hacer ruido, parecía dispuesta a conseguir que eso fuera verdad. Que la nieve no se llevara a Ebba por completo.

La Harley arrancó de nuevo en ese lugar suyo de Oslo cuando la ventisca se hizo mayor a sus fuerzas. Cargada de recuerdos con heridas que esperaban al tiempo, para que no doliera al mirar.

***

En fin, espero que os haya gustado... ¡Un besazo!




sábado, 30 de julio de 2011

 Hola, hola, hola :) Esto sí que lo tengo abandonado, madre. Bueno, ya han salido los resultados del concurso de Petite Rêveur, así que aquí está el relato que presenté. Felicidades a las ganadoras, ahora que he leído los suyos me gustan mucho n_n
***


Venga, Julie, ¡falta poco!
Animándose mentalmente, Julie ascendió el escaso trecho que le quedaba para alcanzar la cumbre de la colina, haciendo crujir con sus botas las hojas que el otoño hacía abandonar a los árboles. Al momento, los ojos marrones de esta visualizaron su meta: un solitario árbol en lo alto de aquella cumbre. Su lugar favorito en todo el mundo, antes que el Big Ben, Eiffel o el Taj Mahal.
Sonrió con satisfacción, acercándose al árbol. Puso una mano en el tronco, sobre las cortezas que se aferraban a él, queriendo decir ‘ya estoy aquí’. Se sentó a sus pies, allí donde las raíces se escondían en la tierra húmeda. Oyó el crujir de otras tantas hojas que habría aplastado con el vestido, cruzó sus piernas como un indio y miró hacia delante, contemplando la escena que transcurría ante ella.
La silueta de la ciudad se recortaba contra el horizonte naranja, rosado y, más tímido, el azul. Como preparando su ida, el sol se habría ocultado ya bajo tras alguna torre. El extrarradio parecía haber desaparecido en la penumbra, y sólo se distinguía la oscura e imponente figura de los rascacielos mientras el astro rey llevaba prisa por esconderse. Parece un cardiograma, pensaba todos los días Julie cuando acudía al encuentro de la caída del día.
Suspiró, sin apartar la mirada de la ciudad. Se ajustó el gorro que hacía contraste con su pelo rubio y se acomodó contra la madera. Los colores del paisaje se fundían en el firmamento, pronto darían paso a las estrellas y a la marcha de la chica hacia la siempre agobiante metrópoli. Los pitidos de los coches, insultos de los conductores que iban a casa a cenar y las apresuradas compras de última hora ponían de los nervios a la rubia.
Algo hizo que apartara la atención del espectáculo. Los ojos chocolate se desviaron a la izquierda, encontrándose con una figura conocida. Lo único que le gustaba más que esas puestas de sol. Zeth.
-Acudes al encuentro de la noche.- Dijo, componiendo esa sonrisa de lado propia de él. El muchacho se agachó, para sentarse al lado de Julie y hacer a las hojas de nuevo lamentarse.- ¿Qué haces aquí, Julie?
-Vengo todos los días.- Musitó, mirando lo poco de luz que emanaba el cielo. Había oscurecido notablemente desde su llegada. Vio como unas pocas luciérnagas cruzaban delante de ella, alumbrando como pequeñas bombillas flotando.
-Vaya.- Dijo Zeth, imitándola y disfrutando de la efímera puesta de sol.- Es mágico.
Julie sonrió con suavidad. Apoyó la cabeza en el hombro de Zeth, dejando que un mechón de oro cayera por su pecho. Cerró los ojos y respiró profundamente, notando el aliento del otoño entrante.
-Ahora sí lo es. 

viernes, 22 de julio de 2011

Premio 'Blanco y Negro' y 'El blog más hermoso que he visto'.

Esta vez premia por mi reciénd escubierta Nury, con su blog Dulces Recuerdos Melancólicos. 
¡MIL GRACIAS!

Edito: ¡Otro premio! Voy a salir loca, de verdad XD Esta vez, X2, de Andrea, con Los sueños se hacen realidad y Andi, París, Samantha, Ellas. MIL GRACIAS A VOSOTRAS TAMBIÉN.

También se lo ha concedido a mi otro blog, cuya entrada estoy por hacer, http://ibelieveinnarglesnow.blogspot.com/ ; Entiendo que en este último se me conceda algo, pero, ¿en este? Hace mil que no publico (cuando termine el concurso de Petite Rêveur, publicaré mi participación) y lo último que he hecho ha sido parlotear sobre HP *-* Pero bueno, GRACIAS de todos modos :)



Normas por recibir el (los) premio(s):
1. Hacer una entrada con él.
2. Premiar 15 blogs.


Y LOS PREMIADOS SON... *redoble de tambor*
1. Bitacoreando, de Andi.
3. Los recuerdos del olvido, por Andie. 
5. El gato callejero, por Carmen. 
6. Cartas a mi conciencia, por Charlotte y Ariadna.
8. Cartas a las golondrinas, por Shappire.
9. Desayuno atardeceres con nescafé, por Roxy, y darle mi enhorabuena por su novela :)
10. A falta de blog (usa fotolog), Avenida meteorito, de Norae. 
11. Thoughts! y 
12. Alice y Hanna, de Miss Cafeína. 
13. París, Samantha, Ellas, de nuevo Andi.
14. Desvaríos de una pelirroja de bote, de Slylith. Acabo de descubrir su blog y me encanta.
15. Cogido con pinzas, de Sondra.

Espero que no me matéis por conceder 2 premios a cada uno. Sería imposible premiar a 30. Entenderme XD

Un beso enorme a todos, y felicidades, os lo merecéis. 

lunes, 18 de julio de 2011

Harry Potter, UNTIL THE VERY END.








Antes de nada...
Un blog para FanFics de HP. Aún le faltan cosas... Todo llegará.







¿Qué decir...? No me lo puedo creer.

Es INCREÍBLE que ya se haya estrenado la última película. Recalco, la última. Es la última vez que veré el logo de Warner en mármol y seguidamente el nombre de Harry en la gran pantalla. Y vuelvo a recalcar, la última.

Esta saga es una de las cosas más importantes de mi vida. Hace cuatro años, una mañana de agosto salía de la biblioteca con un ejemplar de la Piedra Filosofal. Bravo, Fátima de diez años, acabas de hacer una de las cosas más sensatas de tu vida.
Qué decir que me siento o-r-g-u-l-l-o-s-a. ¿De qué, se preguntan algunos? Pues bien, aquí mis respuestas:

1. Quejarme con cosas como 'malditos muggles' o 'me duele la cabeza como si un hipogrifo estuviera dentro zapateando' <- esa se la debo a Laura ;) O, en otro caso, insultar con '¡AVADA KEDAVRA!'

2. Pelear con algunas personas estúpidas que me insultan por el simple hecho de ser fan de esta saga.

3. Haber conocido de primera mano a todos los protagonistas.

4. Y más significativa: ser parte de la gran generación que ha creado Joanne.

NADA me había marcado tanto en la vida como para saber guiones y guiones de películas y libros. Para llenar mi habitación de citas, imágenes, poner en los pomos de la puerta 'alohomora' y en los interruptores de la luz 'lumos' Para aprender nombres y nombres, fechas, familias y hechos. Para empujarme a descubrir la afición secreta de escribir. Así da gusto decir, GRACIAS.
Así que GRACIAS, Rowling. Gracias por el trío dorado al que acompañamos en cada aventura. Por el profesorado que nos enseñó tantas cosas. Por cada Weasley, demostrándonos lo que es la familia y el verdadero honor. Por los Black. Por Sirius, James, Peter y Remus, los merodeadores que trajeron de cabeza a un gran héroe, Severus Snape. Por Lily, Frank, Alice y su torpe hijo Neville. Por Dobby y todos los elfos que quisieron ser libres. Por Draco y los Slytherin a los que aprendimos a odiar y amar. Por Voldemort, el que nunca supo lo que es el amor. Por el bueno de Hagrid y Fang. Por el inútil de Lockhart y los Crouch. Por las ligas de Quidditch, la Orden del Fénix, el Ejército de Dumbledore y los Mortífagos. Por Salazar Slytherin, Helga Hufflepuff, Godric Gryffindor y Rowena Ravenclaw. Por Myrtle la Llorona, Nick casi decapitado, el Barón Sanguinario, Peeves y cada habitante no-humano o cuadro de Hogwarts. Por el callejón Diagon, el callejón Knocturn y el andén 9 y 3/4. Por Hogsmeade y todas sus tabernas y tiendas, por la Madriguera, la casa de los Dursley, la mansión Malfoy, el Bosque Prohibido y Grimmauld Place. Por Beauxbatons y Durmstrang. Por cada linaje de sangre. Por cada idea mágica, justa o injusta. Por cada persona que pereció defendiendo sus ideales. GRACIAS por todo tu universo, Joanne, porque es lo más maravilloso que vamos a encontrarnos. Una vez más, gracias por esto CATORCE años mágicos.


Esos grandiosos personajes... Vayamos por partes (ATENCIÓN, ¡SPOILERS!)
Harry Popotter: Me ha empujado a ponerle este mote cariñoso. Durante páginas y páginas, ha sido el conductor de una aventura, el protagonista. Qué decir de él. Me ha enseñado tantas cosas... Y me ha cabreado otras tantas, eso sí. En algunos momentos del libro, nadie me exasperaba más.
Hermione Granger: De pequeña, roleaba siendo ella con mis amigos. Cuando cree a Ashley, le tomé manía por Ron -estaba enamorada de pequeña-, aunque luego le cogí de nuevo el tranquillo; es, y será, la gran bruja del siglo, que tiene ser admirada como se merece. 
Ronald Weasley: Grande, grande, grande, sí señor. Uno de mis preferidos con esa personalidad tan inocente, burlona y tosca. Magníficos momentos. El que consideraban la sombra de seis hermanos y un niño que vivió. El que no dejó pasar la Quaffle... Nuestro rey.
Rubeus Hagrid: Bonachón y gordinflón, uno de los mejores personajes de la saga. Nunca mereció la vida que tenía... Pero para él era bastante. Se conformaba con ella y apechugaba con todo. Coraje. Y dragones y arañas. ¡Sin olvidar a Fang y a Buckbeak!
Gemelos Weasley: Otros que tal bailan. Humor, valentía, decisión y bondad a raudales. Ellos sí que se llevan la palma ganando el puesto de mis primeros admirados. ¡Sí, y acepto que estoy obsesionada con Fred! Yo no tengo la culpa, son los fics. Sí, no merecía su muerte. Ni George cargar con ella.


Ginny Weasley: No acabo de tragar a la pelirroja: a veces va de víctima, otras de mosquita muerta, otras de valiente independiente... Pero tiene también cosas buenas, eh. 
Resto de los Weasley: Molly, debes saber que eres la suegra que siempre quise tener. Eres MARAVILLOSA. Arthur, me cae bien, pero no tanto como su esposa. Percy, Bill y Charlie: han tenido sus más y vuestros menos. Dejar de lado a la familia, casarse con una arpía rubia francesa... 
Dursleys: Después de mucho odio, me cayeron bien, muy bien. Pero la escena en la que Dudley come un caramelo de los gemelos... é-p-i-c-a.
Empleados de Hogwarts: Una mención especial a Severus, Minerva y Albus. Con más y menos, como todos, pero los tres destacaron por valentía y razón. Geniales. Impresionante la historia del pobre Sev: maltratado por su padre y los merodeadores desde la infancia, y luego el patinazo con Lily. Filch, Poppy y todos los demás: muy grandes, sí, sí.
Neville Longbottom: Él SÍ que vale. Durante toda la historia, Jo le ha dejado como 'el torpe', el 'inútil'; me alegro de que en la última entrega se vea como un verdadero Gryffindor que es.
Luna Lovegood: Una chica tan especial que se merecía una vida especial como la que Jo le da. No voy a añadir más. Ella se hace notar.
Malfoys: Siempre estaré sorprendida de su cobardía -Lucius y Draco- y empeños fallidos de ser los mejores. Admiro a Narcissa por su entereza y decisión, de agarrar a su hijo y marcharse al final. La que se vio arrastrada, primero por los Black y después por los Malfoy.
Merodeadores: Remus, James, Sirius, Peter... CABRONES. El listo, el popular, el guaperas y el pelota. El equipo perfecto para adorar profundamente y odiar a la vez. Los admiró a todos. Desde su decisión para ayudar a Remus hasta más tarde, todo lo ocurrido. Ahí fallo con Peter. Traidor.

Orden del Fénix: Probablemente los que más admiro, mi sueño siempre fue pertenecer a esta organización. Dora, Ojoloco, Alice y Frank y muchos más que ya he nombrado arriba.
Bellatrix Lestrange: Me fascina, por su locura y maldad. Sigo creyendo que estaba enamorada de Voldemort. La odio también por muchos hechos, como ser la causante del estado de Frank y Alice o lo de Fred. Zorra.
Voldemort: Ya lo dijo Harry. Siento lástima por ti. Nunca supo lo que era el amor, por las circunstancias en las que se vio -Merope, siempre tuve lástima por ella- C'est fini.
Resto de los Dumbledore: ADORO la vida de Ariana y Aberforth. Simplemente preciosa, tanto como triste.
Alumnos de Hogwarts:
Gryffindors: Seamus y compañía, siempre fueron geniales, aunque dudaron de Harry en ocasiones o cosas por el estilo fueron de gran ayuda. Oliver... Admirable. Colin, una mención especial por él, su hermano y su cámara. Angelina, te odio. Lavender, lo mismo, Ro-Ro. Eso sí, lloré con su muerte. Nick casi decapitado es, en mi opinión, uno de los más simpáticos de los libros.
Hufflepuffs: Hanna y todos los demás, no han sido de gran importancia, pero merecen una mención... Sobre todo Cedric. Qué lástima. Encima, luego Edward... El fraile es un claro ejemplo del espíritu de la casa.
Ravenclaws: Cho nunca me cayó bien. Por lo demás, muy buen rollo con todos los listillos. Dama Gris, siempre admiré su vida y lo que llevó a asesinar a Rowena. 
Slytherins: A mí no me caían mal hasta la canción original de 'Weasley es nuestro rey'. Pansy es una auténtica guarra, TENÍA QUE DECIRLO. Siempre veré la casa -y su fantasma, el barón, al igual que su fundador- como un efecto de prejuicios impuestos por familias. Ignorancia nada más.
Myrtle: No tengo nada que decir de ella, pero recuerdo su problema de inferioridad y me da pena... Es una historia muy triste e injusta.
Dobby y elfos que desearon ser libres: Lloré, pataleé, y rugí -soy una leona, odo- cuando murió. Orgullosa es de lo que estoy, de él y de los que quisieron ser más que sirvientes, los que lucharon por su libertad.

Y ya paro... Porque podría tirarme veinte entradas así nombrando a cada uno de los personajes. Han sido demasiado, todos y cada uno de ellos, así que perdón por el que mi fantástica memoria haya olvidado. 

Ahora... *redoble*

PELÍCULA. ¡Spoilers, spoilers! Everywhere!
Me ha gustado. Tal vez sea porque es la última, o porque Yates esta vez no ha metido la pata mucho, pero me ha gustado. Ha sido más o menos fiel al libro, cambiando pequeñas cosas (muerte de Voldy, beso de Ron y Herms, cuando llegan al castillo, cuando llegan al castillo y dividen en el gran comedor quién lucha y quién no...)
Destaco a:

Minerva. La echaba TANTO de menos. Ese carácter serio que a veces se muestra bonachón, su pequeño sarcasmo... Me encanta <3


Neville. Cómo ha podido ser tan maravillosamente NEVILLE. POR FIN, ESE NEVILLE. Sus frases y momentos han sido los mejores. Su discurso. Su '¿Habéis visto a Luna? ¡Estoy LOCO por ella, y voy a decírselo por si...!' Y la escena del puente... Grandioso.
Severus. No puedo escribir de él sin que se me amontonen en la cabeza palabras como 'valiente', 'héroe', etc, etc. Sus recuerdos fueron geniales. Amo su relación con Lily... y que siguiera enamorado.
Voldemort. Su poderío, egolatría y seguridad. Jódete.

Escenas que me encantaron:

-La de Gringotts, con Hermione como Bella y todo.
      -Buenos días. 
      -¿¡Buenos días!? ¡Eres Bellatrix Lestrange, colegiala inocente!
El dragón fue lo que se dice GENIAL. Y cuando están en la cámara de la susodicha mortífaga.

-El discurso de Snape a los alumnos en el pasillo. Aunque en el libro no era así, tengo que decir que ha sido PRECIOSAPERFECTAGENIALFANTÁSTICAUNAMOR. Todo. La tensión de los alumnos. El discurso de Harry. La aparición de la Orden. La marcha de las serpientes y la maldita Parkinson. El duelo de Severus y Minerva. La voz de Voldy -ostia con la niña pequeña, qué susto me dio- 
-Cuando los gemelos están mirando el horizonte.
        -¿Estás bien, Freddie?
       -Sí.
       -Yo también.
NO PUDE LLORAR MÁS.



-Buscando la diadema de Ravenclaw. Estúpido Slytherin que no sabe controlar su hechizo. Lo de Ron es genial:
         -Es mi chica, ¡capulloooooooooooos!
                       ...
        *Coge a Herms*
        -¡Fuego, fuego!
-Escena del bosque, en especial cuando aparece Hagrid. No pude evitar llorar. Y cuando Narcissa corre hacia Harry y pregunta por Draco.

-El final, era tal y cómo lo imaginaba. Dejando entrever un poco las cosas, añadiendo nostalgia al momento... Haciéndonos recordar los años mozos de Harry en Hogwarts.

ERRORES:
Muy bien que Daniel no pueda usar lentillas. Ahora, ¿la actriz de Lily no podía? Vaya por Circe.
¿DÓNDE NARICES ESTÁ COLIN?






 En fin... Genial, en todos los sentidos. Satisfecha, me hizo llorar y sonreír todo lo que esperaba. No puedo decir nada más... Para mí HP no acaba. Todo continúa... Y seguiré reviviendo todos los momentos que ya he vivido. Sintiendo lo mismo cada vez que Harry descubre que es mago. 








Long live, Harry Potter!


martes, 12 de julio de 2011

Premio 'Destellos brillantes en el cielo azul'.

Las normas por ser premiad@: 

1- Publicar en el blog una entrada en la que se anuncie lo siguiente: 
     a. El nombre de la persona que te ha premiado y un enlace a su blog
     b. Premiar a seis personas, cuyos blogs te parezcan buenos, dejando su nombre y enlace al blog
     c. Colocar la imagen del premio en la entrada
     d. No premiar a nadie que ya haya recibido este premio
     e. Especificar en al entrada que hay que anunciar todas las normas cada vez que se premie a alguien.
     f. CONTAR TU MAYOR SUEÑO

2- Si no se acepta el premio, se le debe avisar a la persona que te premió para poder premiar a otro. 
    


Andi, MUCHÍSISISISISISISISISISISISISIMAS GRACIAS PRECIOSA. Es el primer premio que se me concede, y me ha hecho muchísima ilusión :) Por las aventuras de Sam en París: http://contandolavidaenparis.blogspot.com/ ¡GRACIAS de nuevo! Eres lo mejor, enana mayor que yo. El viernes nos vemos ;)


AND THE WINNERS ARE... (?)


1- El Látigo de Seda, por Carmen.
2- Recuerdos de una Mentirosa, por Petite Rêveur y Adicta Mentirosa.
3- 483 letters, por Ceci.
4- El Tarro de Mermelada, por Madison.
5-Thoughts, por Miss Cafeína.
6-Cartas a las Golondrinas, por Shappire.

¡Felicidades!
¡Espero que os haga mucha ilusión!

Mi mayor sueño: Llegar a muchas personas en el futuro, ya sea a través de la fotografía o la literatura.

lunes, 4 de julio de 2011

Los chicos de verdad acompañan a su cita a casa.

Los ojos verdes y acusadores de Phoebe lo atravesaron, exigiendo una respuesta que Allen no quería dar. El chico se encogió de hombros, a lo que su complexión débil aportaba aspecto de total resignación.
-¿Y?- Repitió la chica, apoyando una mano en su cadera y echando la cabeza un poco para adelante.
-¿Y, qué?- Contestó Allen, haciéndose el ignorante. Sabía perfectamente lo que su rubia acompañante quería decirle, lo que temía.
Ella resopló y miró hacia atrás por un momento, como si fuera obvio. En la puerta de aquel portal, los dos jóvenes no alcanzaban más que ver sus propios cuerpos. El pueblo se había sumergido en la habitual oscuridad que reinaba en las noches de verano en las antiguas calles que precisaban farolas.
-¿No vas a acompañarme a casa?- Inquirió, sin quitarle los ojos de encima. La casa de Phoebe iba al norte del pueblo. La de Allen, al sur. Y el chico estaba dispuesto a echar a andar hacia la suya sin ningún miramiento hacia su pareja esa noche.
Había llegado ese punto de las citas que el chico detestaba. Donde su cerebro le gritaba ‘¿¡Qué narices haces aquí, con una chica!?’ Sí, hay todo se quebraba. La aparente normalidad que había mantenido durante toda la velada nocturna se resquebrajaba con una simple palabra.
-No.- Pronunció al fin, mientras las sandalias romanas de Phoebe se aferraban al suelo intentando sostenerla.
No daba crédito a aquello. Nadie se atrevería a darle nunca esa respuesta a la chica más popular del pueblo.
-No sé qué hago saliendo contigo.- Escupió veneno. Pero sí lo sabía, claro. Allen, aunque un poco ‘rarillo’, era el chico más guapo de ese lugar. Y ella la más guapa, la más solicitada.
Como respuesta, él volvió a encogerse de hombros, dispuesto a darse la vuelta por segunda vez. En un segundo de supuesta astucia, Phoebe lo paró poniendo una de sus inocentes manos de animadora en el hombro. Era raro e idiota, no feo, se reprochó en su hueca cabeza.
-Venga, Allen. Dame un beso de buenas noches, por lo menos.- Murmuró ella, con la habitual voz suspicaz y seductora que haría que cualquiera se tirara a sus brazos.
Y dale. No, a él eso no le gustaba. En cambio, bastaba con mirar a algún chico medianamente guapo, como el maldito Albert –ese que le traía de cabeza- para sentir deseos de echársele encima. Las chicas no le atraían. Y en muchas humillantes ocasiones que originaba la sociedad quería que todo fuera al contrario. De todas maneras, ¿qué le podía ofrecer Phoebe, aparte de sexo adolescente y una insulsa conversación sobre cualquier tontería?
-No quiero que me pegues nada, Phoebe.- La vena cruel del muchacho salió a flote, haciéndose notar en su sistema circulatorio mientras dejaba escurrir por sus labios las palabras envenenadas que dejaron congelada a la chica.
No evitó la leve sonrisa que asomaba por las delgadas comisuras de su boca. Esa vez no.
Profundamente ofendida, la boca de la rubia se abrió con aparente sorpresa. Dispuesta a irse, giró la cabeza y le escupió lo siguiente en la cara:
-Los chicos de verdad acompañan a su cita a casa. Y le dan un beso.- Hizo una pausa llena de absurdos y exagerados gestos.- Qué gay eres, ya me lo decía Erik.
Y se alejó en la penumbra de la calle, haciendo resonar las romanas en la calle empedrada. Allen la miró, y a pesar de la rabia que le daba Phoebe no pudo evitar reír suavemente. Pena, eso era lo que le causaba la tan popular animadora que no sabía deletrear su nombre.
-Que te follen, querida.- Musitó con un timbre de gracia en la voz, unas palabras que tenían como público a la oscura soledad.

sábado, 2 de julio de 2011

Doble entrada. Me siento culpable D: Además, esta no cuenta, porque es un one de Harry Potter. Siento que Ashley, la conoceréis a continuación, sea tan Mary Sue. Si habéis leído el último libro, os centraréis. Tiene un leve spoiler, MUY LEVE XD La mayoría de los personajes son propiedad de la fantástica J.K., pero Ashley, Emma, Max, Alexander y Alexandra son de mi cabeza. ¡Un besito!

________


La boda de Bill y Fleur estaba teniendo un éxito arrollador. En la carpa, todos los invitados se lo pasaban estupendamente, olvidando por unas horas la inminente amenaza mundial, y aunque los pequeños héroes también disfrutaban no podían quitarse de la cabeza su pronta marcha.
-¡Uh! –Reía Alex, dando vueltas con George.
Ashley y Luna marcaban –acompañadas de carcajadas- el son de la música irlandesa con palmas, sentadas en la orilla de lo que habían designado pista de baile, donde prácticamente todos sus conocidos bailaban. Hasta Emma estaba allí, que había hecho migas con Fleur el último curso de Beuxbatons
-Ashley- La llamó Luna con su vocecilla, muy cerca de su oreja para hacerse oír entre el tumulto.- Voy unos minutos con mi padre.
La muchacha le sonrió como respuesta. No parecía la misma Luna que hace dos años aturdía mortífagos en el Ministerio a la que ahora se dejaba morder por gnomos porque su saliva era ‘beneficiosa’.
Cuando se fue su amiga, se quedó embobada sin darse cuenta, apoyando el mentón en una de sus manos que tantos goles había marcado. Transcurridos unos segundos, algo se sentó a su lado y la agarró con delicadeza por la cintura.
-¿No bailas? –Inquirió Fred, mirándola desde su hombro.
-No es una de mis actividades favoritas.
El joven rió.
-Lo sé. Apuesto la oreja restante de George a que, con este vestido tan bonito que llevas, te subirías a las Cometas y echarías un partido.
-¿Tan predecible soy?- Preguntó siguiéndole la corriente, mirando el simple vestido que portaba.
Fred no le contestó, pero esbozó una sonrisa. Se puso en pie y, sin previo aviso, la arrastró fuera de la carpa al tiempo que ella peleaba con los tacones.
Alexandra paró un momento a George y miró la escena con su habitual sonrisa traviesa e inocente que la caracterizaba. Alex en estado puro.
Ya fuera, Fred continuó arrastrándola hasta una zona del jardín algo lejana a la carpa, que se veía a lo lejos, pero seguía creando ruido. Hacía una bonita noche, y la luna iluminaba perfectamente el jardín de los Weasley.
-¿Y bien?- Preguntó la morena, enarcando una ceja con diversión.
-¿Y bien qué?
-Me has arrastrado desde la carpa donde se celebra la boda de tu hermano y una arpía, todo el mundo se lo está pasando bomba.
-Tú no.
Ashley se quedó sin respuesta alguna.
-Creo que te pasa algo. Aunque no te guste bailar, estarías dando trotes por ahí con Remus o mi madre.
La chica sonrió levemente, mientras recogía detrás de la oreja un mechón negro.
-Nunca me ha caído bien Fleur.- Contestó.
Fred siguió mirándola. Eso no era la respuesta que quería oír de sus labios.
-Sólo es la presión de todo esto.- Miró la carpa.- Harry y los demás intentan aparentar que no tienen ninguna preocupación, pero están tan estresados como yo. Pronto tendremos que irnos, y…
Fred le puso el dedo índice en la boca, acercándose a ella.
-Exacto. Dentro de nada, os marcharéis, y… Detesto decir que no sé cuando vais a volver, pero puede pasar mucho tiempo antes de reencontrarnos. Por eso quiero olvidar este tema… ¿No vas a bailar conmigo ni una vez?
El pelirrojo llevaba razón, se mirara por donde se mirara. Podían transcurrir meses hasta volver a verse, irse en cualquier momento y tal vez hasta no hacerlo nunca. Ashley sacudió la cabeza, alejando eso de su mente.
-S'il vous plaît pourriez-vous danser avec mon humble personne?
-No he entendido ni una palabra.- Le contestó el muchacho, cogiendo sus manos y poniéndolas en sus hombros. Seguidamente, enmarcó la cintura de la muchacha con las suyas y empezó a bailar una danza improvisada.
-He dicho que voy a echarte mucho de menos.
Ashley intentaba seguir los pasos de su acompañante, pero le era imposible. De una forma u otra, sus doloridos pies se entrelazaban y se valía de Fred para no caer. Su mirada azul no se alzaba, tratando de controlar sus extremidades inferiores.
Fred se dirigió a su boca, siguiendo con su baile como si nada. La pelinegra, intentando no acabar en el suelo, se agarró como pudo mientras le besaba.
En esos momentos, el pelirrojo parecía Judas: le condenaba con sus besos. Cada chispa que saltaba por el frenético roce era un aliento para que no fuera en la misión de los Horrocruxes. Pero no iba a abandonar a su amigo.
-Tienes ansias de mí.- Dijo Fred entrecortado entre beso y beso. Y era verdad. Sin darse cuenta, la muchacha se había aferrado a él y no se despegaba. Le daba igual caerse. En un futuro próximo, echaría de menos eso.- ¿Tan necesitada estás?- Rió en su boca.
-Idiota.- Terminó, dándole un último beso con parsimonia, mareando ambas lenguas. Por fin, se separó y dejó al chico recobrar el aliento.
-¿No echabas de menos estar juntos?
Ella suspiró.
-Mucho.
No había habido un solo día en el que hubieran estado separados y no se hubieran recordado continuamente. Al momento, se hizo el silencio con las últimas palabras de Ashley, hasta que esta susurró:
-¿Qué va a pasar cuando acabe todo esto? ¿Y cuando termine de Hogwarts?
Fred se dio cuenta de lo que quería decir. Se refería a ellos, pero Ashley rehuía de pronunciar esas palabras o mirarlo mientras hablaba.
-Tengo un trato para ti. –Él sonrió, al tiempo que la muchacha lo miraba.- Me ofrezco a llevarte el desayuno a la cama. Todos los días. Jugar al Quidditch y visitar la Madriguera cuando quieras. Hacer el amor una, dos, tres, cuatrocientas veces. A cambio de esto, sólo te pido que cada mañana te despiertes a mi lado.
Ashley se mordió el labio y lo miró con ternura. Las lágrimas iban a aflorar en sus ojos, y eso no le hacía gracia. Se enterró en su pecho y le respondió:
-Acepto, por supuesto.- Le dijo, intentando que su tono no se quebrara.- Salgo ganando.
Cuando él se disponía a responder, un fuerte ruido proveniente de la carpa hizo que ambos miraran alarmados. Despedía humo, había sido una explosión.
-Son ellos…- Murmuró Ashley.
Los dos salieron corriendo dirección carpa. Los mortífagos estaban atacando, y no podían quedarse de brazos cruzados o esconderse. Pasaron por la puerta abierta, y miraron alarmados el panorama. La gente se mezclaba, sin distinguirse: unos huían y otros luchaban. Fred agarró su varita, mientras la chica buscó con la alterada mirada a Harry. Era el momento de irse.
-¡Ashley!- Gritó Hermione, llamando su atención.
La aludida vio que ella, Ron y Alex estaban cogidos, dispuestos a irse. Harry llegaba ya, así que acortó los cuatro metros que los separaban y agarró la mano de Alexandra. Una última mirada triste y desesperada, a modo de despedida, cruzó la estancia. Para ella y cierto pelirrojo, el tiempo se paró en su efímero adiós. Cuando Ashley desapareció, el gemelo se preguntó cuándo volvería a ver su cara, ese rostro que le obsesionaba y le hacía sonreír. Pasarían muchos días de nostalgia e impotencia, frustrados y solitarios suspiros de amor lejano.


Érase una vez...

Hola ;_; SIENTO MUCHO no haber pasado y que esta entrada y la anterior sean auténtica basura. Ayer llegué de mis vacaciones, antes tuve exámenes y estoy loca poniéndome al día. Lo siento mucho ;_;
___________________________

Érase una vez cierta chica enamorada de cierto capullo.
Érase una vez un cúmulo de contradictorios sentimientos dentro de la pequeña.
Érase una vez cierto capullo que jugaba con cierta chica.
Érase una vez la incapacidad de mandarlo a la mierda.
Érase una vez noches de lágrimas.
Érase una vez el amor no correspondido.


domingo, 12 de junio de 2011

Necesidad de capturar.

Me identifico con esta entrada XD Tanto que soy yo, ¡se ha roto mi cámara!
__________________________________________________

Echaba de menos su ‘¡click!’. Pasarse horas y horas con ella, encima del tejado o debajo de la cama. Probar mil ángulos y objetivos, hacer capturas de pájaros, nubes, flores, ¡daba exactamente igual! Bastaba con hacer cientos y cientos de fotos diarias y experimentar en el editor con ellas. Sentir la fotografía como lo hacía, exponerla al mundo… Pero ya no podía.
Un día, su Canon de segunda mano decidió quedarse en negro para hacerla sufrir. Al final, quedó muy lejos, concretamente en Barcelona. ¿Qué hacía ahora ella sin su cámara?

lunes, 6 de junio de 2011

Chutes de nostalgia.

Chutes de nostalgia. by Fátima♫
Chutes de nostalgia., a photo by Fátima♫ on Flickr.
A través de Flickr:
Se había ido muy lejos por él. Había atravesado muchos kilómetros hasta París sólo por no tenerlo presente. Para olvidarlo, y sanar las heridas en las que el chico echaba sal. Henry únicamente le había hecho mal, pero no podía rehuir de su persona. Demasiado atrayente.
Qué tonta había sido. Y cada vez más, confiando en él. Creyendo sus ‘te visito por las mañanas porque me gusta verte’. Patrañas y más patrañas. Cuántas palabras vacías y sin significado le había dirigido, falsedades hirientes para Perséfone.
Y allí en París, tan lejos de él, Henry no la dejaba marchar. Quería seguir dañándola estuviera donde estuviera, todo por encandilarla y manejarla a su gusto. Así que, en los sueños de la chica, cuando esta se encontraba en brazos de Morfeo, Henry se colaba vilmente y le susurraba ‘me he dicho, ¿si me gusta tanto verla, por qué sólo la veo por las mañanas, pudiendo también en las noches?’

jueves, 2 de junio de 2011

Ese que derribara sus yo nunca, sus yo qué va.

Perséfone miró por la ventana de la cafetería: había empezado a llover. Suerte que estaba justo al lado del cristal, le encantaba ver la lluvia.
Pero ese día no estaba contenta. Para nada. En la solitaria mesa de la cafetería que solía habitar, únicamente la acompañaban la tristeza y la impotencia. Alzó la mirada, observando la estancia de arriba abajo. Parejas, familias, gente solitaria… Ocupados con móviles, ordenadores o libros. Hombres y mujeres de todas las edades.
Y sólo de pensar que él podía estar allí. Ese que derribara sus principios, sus valores, sus yo nunca, sus yo qué va. El que la empujara a hacer cosas que jamás se había visto capaz de realizar. El que la comprendiera, que entendiera que odiaba su nombre profundamente, que aceptara su afán por la fotografía y Los Beatles, el que quisiera pasar los días de lluvia bajo una manta, a su lado, y los días de sol haciendo miles de fotos fuera de casa. Y sólo de pensar que él podía estar allí, y no lo conocería nunca; jamás se cruzaría en su camino ese chico que arrasara de un plumazo su monótona vida entre cámaras y música, la que había sido satisfactoria hasta haberse dado cuenta de lo difícil que era compartir esa felicidad.
Cabizbaja, se pellizcó el puente de la nariz con una de sus pequeñas manos. Suspiró con parsimonia, todo parecía complicarse a medida que crecía. Una voz la sacó de su ensimismamiento e hizo que alzara la cabeza.
-¿Este café es para usted?- Inquirió un joven. Parecía novato, nunca lo había visto.
-Sí, muchas gracias… -El chico le dirigió una pequeña sonrisa al tiempo que dejaba la taza en la mesa. Perséfone titubeó un momento, hasta que prosiguió.- ¿Le gustan Los Beatles?
El muchacho de pelo azabache afirmó con la cabeza, sin borrar la pequeña sonrisa. Sus ojos azules parecían brillar con suavidad.
-Mucho.
-Tiene buen gusto…- Musitó la chica, dirigiendo la mirada almendrada al café humeante al tiempo que el camarero desaparecía.
Bueno, tal vez no sea tan difícil… 

lunes, 30 de mayo de 2011

Te voy a denunciar, por allanamiento de mente.

Te has calado hasta en mis huesos.

2592000 segundos son los que forman un mes de treinta días.
Y en todos esos segundos que forman treinta días, no ha pasado ni uno en el que no te vayas de mi cabeza. Te has instalado cómodamente entre mi propio caos para revolver aún más. Voy a denunciarte, por allanamiento de mente.
Y, cuando pasan esos 2592000 segundos, no te vas, ¡qué va! El tiempo se renueva como si de un bono se tratase y no te mueves ni un milímetro. ¿No te da vergüenza, bribón? 

miércoles, 25 de mayo de 2011

El doctor Tiempo todo lo cura.

Hoy, tengo que volver a la consulta del doctor Tiempo. Hace mucho tiempo que no me atiende, pero estoy segura que se acordará de mí y mi corazón. Siempre recuerda a sus pacientes, de cómo les devuelve la sonrisa y sana sus magulladuras.














Sus títulos y licencias abarcan muchos campos, desde Infidelidades a Enamoramientos Prematuros, pasando por Capullos Integrales y Amor no Correspondido. Siempre, siempre, siempre consigue hacerte olvidar tu sufrimiento: sólo es cuestión de paciencia. Nadie conoce su método, pero el doctor Tiempo es infalible con sus comprensivas sesiones y píldoras para olvidar. El doctor Tiempo todo lo cura. Suerte que yo y mi órgano principal lo tenemos a él. ¿Qué sería de nosotros si el doctor Tiempo no nos ayudara?

lunes, 23 de mayo de 2011

Se abre el telón...

Las palabras, esdrújulas, agudas y llanas, se amontonan tras la tela roja que oculta la parte trasera del escenario. Se muerden las uñas, puntos y acentos. Los nervios a flor de piel se suspenden en el aire. Están dispuestas a dar lo mejor de sí, narrar los más inocentes relatos en su campo, el escenario. Todas juntas contarían historias jamás escuchadas, dando inicio a la gran obra. Se lucirían como nunca antes con sus actos y guiones. Los espectadores están preparados para aplaudir. Se abre el telón...


A veces, me siento obligada a sacar del papel -o documento de Word- las palabras que combino para hacer una mezcla especial. Ganas de enseñar al mundo tu pequeña obra... Y no hay nadie ahí para hacer de público. ¿Para qué un blog, pues? Pues justamente para eso... La función debe continuar y lucirse. ¿Quieres ser espectador de pequeñas historias con ansia de darse a conocer? Pues aquí tienes una butaca libre. El escenario está en marcha.